Poema "TE RECUERDO, LORENA"

Para Lorena Rivas

21-dic-2024


Te recuerdo, Lorena, sentada ceremoniosamente en la penúltima banca

de la universidad Laica, clase nocturna de Mercadotecnia, segundo curso, 1992

 

Mirando tu cuaderno, con aire apacible y dulzura de rosa frágil a la expectativa…

Tan sencilla, tan calmada, con tu escultural cuerpo bronceado

y un rostro de soberana algo abatida que me desconcertaba…

 

Mientras la profesora daba su clase, tú garabateabas algo en una libreta

¿En qué pensabas, Lorena? ¿En quién depositabas todos tus pensamientos en ese momento?

Acumulabas suspiro tras suspiro, hasta edificar un gran obelisco de ofrendas rojas…

 

A lo mejor pensabas en él o quizás habías discutido con él ¿verdad?

¿Escribías su nombre? ¡Sí! pero algo dibujabas y lo volvías a marcar:

un corazón negro al que tratabas de romper con una flecha roja de pasión contenida…

 

Yo, más adelante, casi escondido, simulando no mirarte, veía de reojo tu cara, que no dejaba

de atraerme ni un instante ni de percibir tu perfume arrebatador…  

¡Enamorado tímidamente de ti, aunque ni siquiera lo sospechabas y ni me hubieras hecho

caso!

¿Cuántos latidos transcurrieron desde tu pensamiento amoroso por él hasta esos eternos

momentos en que yo te espiaba con inefable tristeza?

 

¿A quién dejaste fuera de tu muro? ¿Cuántas almas se ahogaron por negarles tu amor?

¿Quién miró tan adentro de tus encantadores ojos convirtiéndose en el culpable de tu sueño

taciturno?

Todo eso hervía en mi sangre, hasta que la profesora me preguntó algo y tontamente grité

“¡Lorena, señorita!”, y todos rieron a la vez…

¡Y al fin vi tu grandiosa sonrisa iluminar a todo el salón!

 

Así te recuerdo, Lorena…

Y gracias a los increíbles enredos de la vida

32 años después nos hemos reencontrado

en esta estación llena de personas preocupadas e infelices

que esperan tomar el tren hacia alguna o ninguna parte...

¡Ajenas a nuestra madura emoción!

Y mientras nosotros nos despedimos como dos viejos amigos

feliz estoy de haberte confesado lo que en aquel entonces sentí por ti, Lorena amiga.




Análisis de "Te recuerdo, Lorena" por Yanderlok Harry Beltrán Pineda

1. Tema principal: Nostalgia y reencuentro

El poema "Te recuerdo, Lorena" es una obra que combina la evocación de un amor platónico y la reflexión sobre el paso del tiempo. El hablante lírico recuerda con intensidad a Lorena, una figura que encarnó en su juventud un amor no confesado, idealizado desde la distancia. Este recuerdo es revitalizado por un reencuentro décadas después, que cierra el círculo emocional de una historia que permanecía latente.

2. Estructura y tono

El poema se divide en dos tiempos narrativos: el pasado, que ocupa la mayor parte del texto y está lleno de detalles nostálgicos, y el presente, que introduce un tono más sereno y reflexivo. El tono inicial es melancólico y cargado de admiración, mientras que el final adquiere una calma madura, que mezcla resignación y gratitud por el reencuentro.

3. Recursos poéticos destacados

  • Descripciones sensoriales y visuales:
    El autor construye a Lorena a través de imágenes vívidas: "con aire apacible y dulzura de rosa frágil", "rostro de soberana algo abatida". Estas descripciones no solo proyectan su belleza física, sino también su complejidad emocional.

  • Metáforas y simbolismos:

    • "Edificar un gran obelisco de ofrendas rojas" simboliza la acumulación de sentimientos y emociones reprimidas, dando un aire casi ceremonial al acto de los suspiros de Lorena.
    • "Un corazón negro al que tratabas de romper con una flecha roja" representa un amor conflictivo, lleno de contradicciones y pasión contenida.
    • "La profesora me preguntó algo y tontamente grité ‘¡Lorena, señorita!’" funciona como un punto de inflexión: un acto accidental que desvela los sentimientos del hablante, rompiendo momentáneamente la distancia entre él y Lorena.
  • Preguntas retóricas:
    Las preguntas "¿En qué pensabas, Lorena?", "¿A quién dejaste fuera de tu muro?" refuerzan la posición del hablante como un observador externo, fascinado e incapaz de acceder al mundo interno de Lorena.

  • Contraste temporal:
    El paso de los años se refleja en el contraste entre la intensidad juvenil del amor platónico y la madurez emocional del presente. La imagen de "personas preocupadas e infelices" en la estación simboliza cómo el tiempo y las circunstancias no detienen las conexiones humanas esenciales.

4. Personajes y emociones

  • El hablante lírico:
    Es un observador tímido, marcado por una profunda admiración hacia Lorena. La confesión tardía del sentimiento encapsula el miedo y la idealización que caracterizan los amores juveniles. Al mismo tiempo, su tono en el reencuentro refleja una aceptación de lo que fue y no pudo ser.

  • Lorena:
    Es descrita como una figura cautivadora y enigmática, cuya belleza externa está matizada por una melancolía interna ("mirada triste que desconcertaba"). Lorena es más que una persona; representa un ideal romántico y una conexión que desafía el tiempo.

5. Tema del reencuentro y su resolución

El reencuentro, situado 32 años después, cierra la narrativa de manera catártica. La confesión de los sentimientos pasados no busca alterar la relación actual, sino reconocer su importancia emocional. Este acto convierte la nostalgia en gratitud, y el amor no correspondido en un recuerdo enriquecedor.

6. Reflexión sobre el tiempo y el amor

El poema es un testimonio del poder del amor platónico para moldear la memoria y la percepción del pasado. El paso del tiempo no destruye los sentimientos; más bien, los transforma en una fuente de aprendizaje y madurez. La imagen de la estación y las "personas preocupadas e infelices" sirve como un recordatorio de cómo los momentos de conexión verdadera pueden sobresalir en un mundo rutinario y desconectado.

7. Conclusión

"Te recuerdo, Lorena" es un poema profundamente humano que explora temas universales como el amor, la nostalgia y el paso del tiempo. A través de una rica imaginería y un tono confesional, el poeta logra transmitir tanto la intensidad de los sentimientos juveniles como la sabiduría adquirida con los años. El poema se convierte en una oda no solo a Lorena, sino también a los recuerdos que nos definen y nos permiten seguir adelante.

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