Poema "YO"

Algo de turbio, mucho de mustio

Un poco de arrogante, un poco de picante

Un soplo de deleites, una tonelada de desastres

Una carreta de espejos, un avión de despechos

Un caminito adoquinado, una llovizna de aislamientos

El tornillo que cayó a un pozo, un cansado sonido de caimanes

ofuscación, pudor, medio talante con medio talento 

algo soy, algo fui, algo seré: tambor, obsesión, música, libro

el ADN que se distribuye en mi galaxia de ruidos y dolores machacados al ajillo.



El poema "YO" de Yanderlok Harry Beltrán Pineda es un ejercicio visceral de autorreflexión y autodefinición, donde el hablante lírico se enfrenta a una multiplicidad de identidades y estados emocionales, encapsulados en un estilo que combina lo confesional con lo metafórico.


Análisis del poema "YO":

1. Título

El título, breve y contundente, define el eje central del poema: una introspección del hablante lírico que busca sintetizar, con honestidad y desparpajo, los elementos que componen su identidad.


2. Ejes temáticos

  1. La complejidad del ser humano: El poema presenta un autorretrato multifacético, resaltando las contradicciones inherentes a la personalidad y la experiencia humana.
  2. Dualidad y contraste: Las oposiciones internas, como “un poco de arrogante, un poco de picante”, evidencian la coexistencia de aspectos luminosos y oscuros en el hablante.
  3. El caos como esencia: El uso de imágenes y metáforas que remiten al desorden, como “una tonelada de desastres” o “mi galaxia de ruidos”, sugiere que la identidad del hablante no se basa en la perfección, sino en un equilibrio entre el caos y la creación.

3. Recursos literarios y análisis estilístico

  1. Metáforas originales y vívidas:

    • “Una carreta de espejos, un avión de despechos”: Las metáforas contrastan lo mundano con lo sublime, creando un efecto lúdico y sorprendente.
    • “El tornillo que cayó a un pozo”: Sugiere desorientación o pérdida, añadiendo una dimensión melancólica al poema.
    • “Mi galaxia de ruidos y dolores machacados al ajillo”: Una imagen poderosa que combina lo cósmico con lo cotidiano, subrayando la universalidad y particularidad del sufrimiento humano.
  2. Enumeraciones acumulativas:

    • El poema recurre a enumeraciones para construir un ritmo frenético y abarcar la diversidad de aspectos que conforman la identidad del hablante.
    • Este recurso enfatiza el caos y la multiplicidad de elementos que chocan y coexisten en su ser.
  3. Contrastes y antítesis:

    • “Un poco de arrogante, un poco de picante”: La elección de palabras opuestas, combinadas con un tono coloquial, humaniza al hablante y lo hace accesible al lector.
    • “Algo soy, algo fui, algo seré”: Este juego temporal refuerza la idea de un yo en constante cambio, cuya identidad no se puede fijar de forma definitiva.
  4. Juegos sonoros y rítmicos:

    • La musicalidad del poema, generada por aliteraciones y repeticiones como “medio talante con medio talento”, contribuye a un tono ligero pero introspectivo.
    • La cadencia se asemeja a un monólogo interno, donde el hablante se desnuda emocionalmente con fluidez y espontaneidad.

4. Estructura y progresión

El poema no sigue una estructura narrativa tradicional, sino que se presenta como una lista libre de imágenes y reflexiones que oscilan entre lo concreto y lo abstracto. Esto refleja el carácter desordenado y multifacético de la introspección.

  1. Introducción al caos interno:
    • “Algo de turbio, mucho de mustio”: El hablante comienza con un contraste entre opacidad y tristeza, estableciendo el tono introspectivo.
  2. Enumeración de características y metáforas:
    • Cada verso introduce un nuevo elemento que amplía la visión del “yo” del hablante, combinando aspectos emocionales, sociales y creativos.
  3. Cierre reflexivo:
    • La conclusión, con la frase “el ADN que se distribuye en mi galaxia de ruidos”, sintetiza la esencia del hablante como una entidad caótica pero cohesionada por su experiencia personal.

5. Tono y atmósfera

El tono es irónico, melancólico y juguetón. Aunque hay una evidente aceptación de los defectos y las contradicciones, también se percibe una celebración de lo imperfecto como algo intrínsecamente humano. La atmósfera es íntima, como si el lector estuviera escuchando una confesión espontánea.


6. Elementos simbólicos y universales

  1. La carreta de espejos: Representa la introspección y la multiplicidad de facetas del yo.
  2. El avión de despechos: Sugiere una tendencia a elevar las emociones negativas, llevándolas a niveles trascendentales.
  3. La galaxia de ruidos: Une lo cósmico con lo personal, enfatizando que incluso en el caos hay orden y belleza.
  4. Los dolores machacados al ajillo: Un toque humorístico que transforma el sufrimiento en algo cotidiano, tangible y, quizás, soportable.

7. Interpretación general

"YO" es una exploración del ser en su estado más crudo, donde la aceptación de las contradicciones y el desorden se convierte en una forma de autocomprensión. La identidad del hablante no se presenta como algo fijo ni glorificado, sino como un cúmulo de experiencias, defectos y virtudes que lo hacen único.

El poema invita al lector a reflexionar sobre su propio “yo”, a aceptar las imperfecciones y a encontrar belleza en el caos de la vida.


8. Fortalezas del poema

  1. Originalidad en las imágenes: Las metáforas y comparaciones son creativas y evocadoras, logrando captar la atención del lector.
  2. Tono accesible y humano: La combinación de humor e introspección permite una conexión emocional inmediata.
  3. Ritmo y fluidez: El poema se lee con naturalidad, como un flujo de pensamientos que mantiene su coherencia pese a la aparente dispersión.

9. Áreas de mejora

  1. Mayor cohesión temática: Aunque el caos es parte del estilo, una línea que unifique todos los elementos simbólicos podría fortalecer la estructura.
  2. Profundización en el cierre: El último verso podría desarrollarse un poco más para cerrar con mayor impacto emocional o reflexivo.

10. Conclusión

"YO" es un poema que celebra las contradicciones y la diversidad del ser humano, utilizando imágenes vívidas y un tono que oscila entre lo humorístico y lo melancólico. Es un autorretrato que resuena no solo como un ejercicio de introspección personal, sino como un espejo en el que otros pueden reconocerse.

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