20-mar-25
Hoy me acostaré más
temprano y me olvidaré del mundo… ¿podré?
¿Te interesa saber
realmente cómo me encuentro? ¿Estás segura?
¡Estoy bien, como un
molusco atado a un taco de dinamita!
No somos esenciales… ¿quién
nos mintió? ¿los dioses? ¡pero eso lo inventamos nosotros!
Una especie como
cualquier otra, o algo peor, así lo diría un ratón de 3 patas, un murciélago de
cabello largo o un rinoceronte
de dos cabezas.
Para nuestro deleite
narcisista justificamos todo, incluso la muerte.
Somos campeones en defender
vidas, a costa de mutilarla y coser los pedazos con palabras
sanadoras.
Hago el milagro de
comprender a la humanidad: creo en Dios, el Estado, el Poder, y su santo
Sistema Capitalista;
gracias a eso, pienso festejar con pistola, cuchillo o silla eléctrica.
Damos la mano para que
nos la corten, sin pizcas de remordimientos.
Lloren, papá y mamá,
porque este hijo estrenó un nuevo trauma: sonreír como un loco ante los
absurdos de la vida.
Te idolatran, te
desprecian, te reconocen, te devuelven al cementerio de hojalata y rezan para
que no despegues de tu
silla.
Te descorchan el hueco
fecundo a pesar de tus buenas intenciones, colega.
Sucumbes ante la
traición diaria de la pobreza y los despojos de las riquezas.
Ya no hay nada que
escribir si el canto de la llaga logra su efecto inquisidor
y no es que se ame a
la muerte como a una mujer en su estructura
sino que el
desesperado trinche de la soledad hace punzadas en el alma
se maldice el momento,
no a la eternidad tan alabada por voces necias
¡Ya ves, estoy tan
bien, que la mecha está por llegar a la dinamita!
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