29-mar-25
Para Muddy Waters
La risa viene con el
llanto.
Hey, blanco, ¿te
miraste al espejo?
El dolor no tiene
color.
Aquel extranjero tocó su
armónica negra
en el último asiento
del bus
con su maldita alma en
pena…
¿Quién te golpeó hasta
sangrar por la nariz?
¿Quién te encadenó
hasta marcar tu piel con fuego?
Yo, un niño blanquito
y asustado
absorbí tu extraño dolor
con cada nota de tu
Blues abrasador.
Heme aquí hoy en un
camino solitario
sufriendo como tantos humanos
la sátira cruel del
desengaño.
¡Armónica negra!
Cantaste mejor que el
blanco
porque tu pena es
ancestral.
Y tu sentir y el mío
se unieron en ese
último asiento del bus
en un sinsabor
existencial…
Este poema representa un gran equilibrio entre lirismo, crítica social y conciencia histórica. Es una pieza que no solo escucha el blues, sino que lo transforma en una nueva forma de poesía latinoamericana contemporánea.
El poema articula un reconocimiento del dolor racial y cultural, visto desde los ojos de un observador blanco que se siente conmovido por la herencia del sufrimiento afroamericano, simbolizado en el blues. La referencia a Muddy Waters, icono del blues, le da al texto una profundidad musical y sociopolítica.
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