17-mar-25
Y de una larga tira de
fotos, se mostraba una admirada en su mejor momento:
“Muy bonitas” -pensé-
aunque su trayectoria no llega a meter canasta…
“¿Solo eso?” – imaginé
que dirías- “Sí, solo eso, mi admirada” -te contestaría-
“¿Qué más quieres que
te diga? ¿Qué son extraordinarias obras de un artista?”
“¿Qué tu bronceado
haría palidecer a los turistas? ¡Qué silueta! ¡Qué piernas! ¡Qué
pantorrillas!”
“¡El triunfo del
cuerpo sobre la razón! ¡Me desborda tanto cortejo de lo exótico”
“Mi amor, eres la
ofrenda más grata de epidermis engañosa a los ojos del engreído observador
de humo que soy yo, tu
usuario número ciento treinta y uno…”
“Pero no quiero
revolcarme en mi excitación lúdica para no envolverme con tu
belleza de luces y plásticos…”
“Me cerraste la puerta,
admirada, pero me dejaste un oído desmembrado y el ojo
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