Poema "ODA A OTRA MONA LISA"



¿Para qué deshojar calendarios?

¿Para qué rumiar mendrugos?

¿Para qué estrujar pañuelos?

¿Para qué exhumar lamentos?

¿Para qué adulterar este lienzo?

¿Para qué desnudarme en otro destino?

¿Para qué remover subterfugios?

¿Para qué desparramar desconsuelos?

Si muestras tu rostro como diosa encriptada…

Si sonríes enigmática tal cual Mona Lisa…

Si quiebras mis deseos en un vaso de vino…

Si empapas la tierra con perfume tísico…

Si estiras los brazos sin palpitarme…

Si niegas con gestos mi carne…

Si al escudriñarte eres mi propia bóveda…

Si al enterrarte colapsas mi penumbra…


Este poema gira en torno a una serie de preguntas retóricas que expresan frustración, resignación y un profundo sentido de pérdida o desconcierto frente a una figura enigmática. El tono es melancólico, cargado de una reflexión existencial sobre el propósito de ciertas acciones cuando el objeto del deseo, representado por una figura femenina similar a la Mona Lisa, parece inalcanzable o impenetrable. 

1. "¿Para qué deshojar calendarios? / ¿Para qué rumiar mendrugos? / ¿Para qué estrujar pañuelos? / ¿Para qué exhumar lamentos?"

El poema abre con una serie de preguntas que expresan la inutilidad de acciones cotidianas o repetitivas: deshojar calendarios (marcar el paso del tiempo), rumiar mendrugos (aferrarse a migajas, lo mínimo), estrujar pañuelos (una referencia al llanto) y exhumar lamentos (revivir viejos dolores). 

Estas acciones parecen fútiles, ya que nada de lo que el hablante haga cambiará la situación en la que se encuentra.

2. "¿Para qué adulterar este lienzo? / ¿Para qué desnudarme en otro destino?"

Aquí surge la idea de que intentar cambiar algo esencial —adulterar el "lienzo", que podría ser una metáfora de la vida o de una relación— no tiene sentido. "Desnudarme en otro destino" sugiere exponerse a nuevas oportunidades o caminos, pero se cuestiona la utilidad de hacerlo. 

El hablante parece estar atrapado en una situación donde cambiar o buscar nuevos comienzos no tiene el impacto deseado.

3. "¿Para qué remover subterfugios? / ¿Para qué desparramar desconsuelos?"

El "remover subterfugios" sugiere la acción de revelar verdades ocultas o enfrentar engaños, pero, nuevamente, el hablante se pregunta si tiene algún propósito hacerlo. "Desparramar desconsuelos" indica el acto de expresar dolor o tristeza, pero, en este contexto, parece ser una acción agotada o sin sentido.

4. "Si muestras tu rostro como diosa encriptada… / Si sonríes enigmática tal cual Mona Lisa…"

Aquí se introduce la imagen de la mujer como una diosa encriptada, un ser que es imposible de descifrar, que mantiene su misterio intacto. La comparación con la Mona Lisa refuerza la idea de una sonrisa enigmática, un gesto que parece ofrecer algo pero al mismo tiempo lo oculta, dejando al hablante en un estado de incertidumbre. 

La figura femenina tiene el poder de fascinar, pero también de desconcertar, lo que genera en el hablante una sensación de impotencia.

5. "Si quiebras mis deseos en un vaso de vino… / Si empapas la tierra con perfume tísico…"

La mujer es vista como alguien que tiene el poder de destruir los deseos del hablante, comparándolo con "quebrar" algo en un vaso de vino, lo que sugiere la fragilidad de esos deseos. "Empapar la tierra con perfume tísico" añade una connotación de enfermedad (la tisis o tuberculosis), lo que da al poema un tono de decadencia y muerte. 

El perfume, que normalmente es una señal de belleza, aquí está asociado a algo enfermizo o destructivo.

6. "Si estiras los brazos sin palpitarme… / Si niegas con gestos mi carne…"

Estas líneas reflejan la distancia emocional o física entre el hablante y la figura femenina. Aunque ella "estira los brazos", no hay conexión real, no hay un "latido", lo que sugiere una falta de reciprocidad en el amor o el deseo. 

El hecho de que ella "niegue con gestos" su carne implica una desconexión aún más profunda, como si rechazara la intimidad o la humanidad del hablante.

7. "Si al escudriñarte eres mi propia bóveda… / Si al enterrarte colapsas mi penumbra…"

La metáfora de la "bóveda" sugiere que la mujer es un lugar de refugio o contención para el hablante, pero también es impenetrable y misteriosa. "Al enterrarte colapsas mi penumbra" es una imagen final impactante, ya que sugiere que, al perder a esta mujer o al alejarse de ella, el hablante también perdería su oscuridad, su tristeza. 

La mujer es tanto el objeto de su deseo como la fuente de su dolor, y su ausencia provocaría un colapso emocional en el hablante.

Este poema es una profunda reflexión sobre el amor no correspondido o la frustración frente a una relación con una figura enigmática e inaccesible. 

El hablante se enfrenta a la inutilidad de sus acciones frente a una mujer que, aunque lo atrae, sigue siendo misteriosa y distante. 

El uso de imágenes como la Mona Lisa y la diosa encriptada refuerza la idea de una figura que fascina pero que también es incomprensible. 

La relación entre el hablante y esta mujer es una mezcla de deseo, frustración y resignación, donde el misterio de ella lo envuelve, pero también lo mantiene a una distancia insuperable.






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