¡Crucial es la partida del silvestre corazón!
Ahondar, pisar trémulo, en los anchos y pluriformes caminos
donde uno encuentra incomprensión y soledad… ¿Qué importa la fatiga?
Es el destierro otro fruto más grande que seca la garganta,
entonces es necesario quitarse la máscara, hacerse el autoexamen,
reconciliarse muy atentamente,
en tanto estén expuestas bocas y manos juntas para expresar el real sentido
de nuestras minúsculas vidas.
Y seguir… y continuar en la vieja lucha de la huella escondida,
aunque otros lamentos impriman su peso retrógrado.
habrá quietud, habrá remordimiento,
en las horas más felices llegarán los mensajeros con la muerte en bandeja de
plata y al término de las arrugadas horas se abrirán nuevas rutas.
Pero no dejes de transmitir jamás el movimiento y su transformación:
bebe la convicción de atacar las entrañas de la aniquilación que la injusticia
reparte al débil, al masacrado, al que le revientan las costillas.
¡No lo olvides, somos la energía de un gigante que aún no despierta!
El poema "Silvestre corazón" reflexiona sobre la travesía personal en la búsqueda de propósito y autenticidad.
El "silvestre corazón" representa un espíritu indómito, una fuerza vital que busca significado en un mundo plagado de incomprensión y soledad.
La partida de este corazón hacia los "anchos y pluriformes caminos" implica un viaje desafiante, lleno de fatiga y de la necesidad de despojarse de máscaras y de asumir la verdad propia.
La metáfora del "destierro" sugiere que esta introspección y reconciliación requieren apartarse de las comodidades, abrazando un vacío para encontrarse a sí mismo.
La imagen de "la lucha de la huella escondida" plantea la idea de dejar un legado o significado, a pesar de las dificultades o el peso de los "lamentos" que arrastra el pasado.
Aunque el poema se mueve entre esperanza y fatalismo, también rescata la resistencia: es necesario "transmitir el movimiento y su transformación," hacer que las experiencias propias y el sentido de justicia enriquezcan la conciencia colectiva.
Este poema es una invitación a la resistencia ante las adversidades de la vida y la injusticia, recordando que somos parte de "un gigante que aún no despierta."
El final nos deja una consigna: el llamado a la acción, al cambio y a la solidaridad, impulsados por una convicción profunda.
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