Poema "GRACIAS, ESTÚPIDO CUPIDO"

Resbalé con esa cáscara del enamoramiento

sin que sospecharas el estruendo que vendría después:

Imaginarte, extrañarte, adorarte en un empalagoso ensueño de pesadumbres

cayendo cabeza abajo dentro de un agujero sin fin.

 

Las ojeras y el latir del océano con su embudo negro

en una atmósfera claustrofóbica de deseos incomprendidos

con la linterna emitiendo luz en tu rostro sangrante 

fueron las herramientas que mi alma desmantelada utilizó.

 

Neutralizado por tu infatigable belleza de azúcar

mis pocas neuronas dejaron prófuga a la enloquecida dopamina

y de la reacción bioquímica desatada por tus picantes pestañeos

serpentearon los confetis y los petardos del vínculo fortuito.

 

¡La Biología y la lógica del amor son hermanas antagónicas!

Las hormonas rebeldes dándose puntapiés dentro del ring en mi cerebro

tardaron pocas semanas en parir este hechizo para uno solo, que fui yo

sin que el otro dé su consentimiento… y por supuesto, aquella fuiste tú.…




En "GRACIAS, ESTÚPIDO CUPIDO," el hablante expresa una amarga ironía ante el poder del amor, un sentimiento que lo arrebata por sorpresa y sin consentimiento de ambas partes. 

Desde el inicio, el "resbalar con esa cáscara del enamoramiento" captura la inestabilidad y el peligro de caer en un amor no correspondido o intensamente idealizado. La caída en un "agujero sin fin" evoca la sensación de un descenso descontrolado, donde el amor se transforma en un abismo.

La "atmósfera claustrofóbica de deseos incomprendidos" y la imagen de un "rostro sangrante" sugieren una percepción dual de la amada, que encarna tanto la belleza irresistible como el peligro, o incluso la crueldad inconsciente. En esta mezcla, el hablante queda atrapado en un laberinto emocional del cual no encuentra salida, impulsado por un "alma desmantelada," es decir, una psique vulnerable, expuesta a la devoción y el dolor.

A partir de allí, el poema toma un giro hacia lo científico, abordando la experiencia del amor en términos de biología y neuroquímica. El hablante observa que las "neuronas dejaron prófuga a la enloquecida dopamina," un recurso que aporta humor y resignación a esta descripción. 

Esta perspectiva satírica se refuerza con la frase "¡La Biología y la lógica del amor son hermanas antagónicas!", reflejando la contradicción inherente entre la atracción irracional y la búsqueda de lógica. El amor se convierte aquí en un combate químico e irracional, donde "las hormonas rebeldes" luchan entre sí, generando un hechizo unilateral que deja al amante sin escape.

Finalmente, el poema culmina en una aceptación resignada de la soledad en el amor. El hablante reconoce que este "hechizo" fue creado sin el "consentimiento" de la otra parte, una revelación que subraya la unilateralidad de sus sentimientos. Con el lamento de "aquella fuiste tú," el poema cierra en una nota de reconocimiento y distancia, un eco de amor desperdiciado y desgarrado entre ilusiones, química y la inevitable caída hacia el desencanto.

Es una crítica a la ilusión amorosa, donde el amor emerge como una fuerza irracional que subyuga al individuo y lo expone a un dolor inevitable, transitando entre la fascinación y el desencanto.



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