Poema "JUEGO DE NIÑOS"

Para Atala Balseca, mi compañera de la escuela bilingüe Primavera, década de los 70


En tus campos yo vi

florecer rosas de oro.


¡Cómo disfrutaban los niños su juego!


Las mariposas parecían

aplaudir en el aire,

con sus bailes de frenéticas alas,

al gozo y a la esperanza

de la mañana fragante y desnuda.


¡Cómo disfrutaban los niños su juego!


Recuerdo, recuerdo

sus ojos negros, sus rizos alborotados,

su risa diamantina, que sobresalía de entre todas,

y el collar dorado, que, al saltar, golpeaba su fino cuello,

que era la envidia de todas las compañeras de la escuela.


¡Cómo disfrutaban los niños su juego!


Me gustabas mucho, Atala

aunque sólo éramos unos mocosos

y de la vida apenas sospechábamos

que pronto, muy pronto

el carrusel dejaría de dar vueltas.


¡Cómo disfrutábamos los dos nuestros juegos!


Te guiñé un ojo

-Yo tan tímido y tú tan guapa-

Y me sentí dueño del mundo

sentado en lo alto de una resbaladera

y cuando me correspondiste

con tu cómplice mirada

supe así que yo también te gustaba.


¡Cómo disfrutábamos los dos nuestros juegos!



El poema "Juego de Niños", de Yanderlok Harry Beltrán Pineda, es una evocación nostálgica y tierna de la infancia, marcada por la sencillez de los juegos y los primeros destellos del amor. 

El texto encapsula la experiencia infantil desde una mirada adulta, entremezclando el gozo de los momentos compartidos con la melancolía de saber que esa etapa es efímera.


Análisis Literario

Estructura y Ritmo

El poema tiene un estilo narrativo que combina la descripción lírica con el relato anecdótico. La repetición del verso "¡Cómo disfrutaban los niños su juego!" sirve como un estribillo que unifica el texto y refuerza el tema principal: la alegría infantil. Este recurso genera un ritmo constante, como un eco de la memoria.

Imágenes y Sensaciones

El poema utiliza imágenes visuales y sensoriales que recrean un ambiente vivo y vívido. Las mariposas "aplaudiendo con sus frenéticas alas" y la "mañana fragante y desnuda" transmiten una atmósfera idílica y llena de vitalidad, típica de los recuerdos idealizados de la niñez.

La figura de Atala está pintada con detalles que reflejan la admiración del hablante: los rizos alborotados, la risa "diamantina" y el collar dorado simbolizan una inocente belleza que deslumbra y permanece en la memoria.

Temas y Motivos

  1. Nostalgia y paso del tiempo:
    El poema recuerda la felicidad pura y despreocupada de los juegos infantiles, contrastada con la conciencia adulta de que esa etapa pasó. La metáfora del carrusel que deja de girar encapsula la transición inevitable hacia la madurez.

  2. Inocencia y primer amor:
    La interacción entre el hablante y Atala está impregnada de ternura y simplicidad, características del amor infantil. El guiño y la "cómplice mirada" representan un descubrimiento mutuo en un contexto donde el amor es juego y complicidad.

  3. Comunidad y pertenencia:
    Los niños jugando juntos y el paisaje que los rodea reflejan un sentido de comunidad y conexión con el entorno, algo que se percibe como idealizado y perdido en la adultez.

Tono

El tono es nostálgico y melancólico, pero también lleno de alegría. Hay una celebración de la infancia y sus pequeños milagros, aunque teñida por la conciencia del hablante de que esos momentos son irrepetibles.


Interpretación Psicológica

El poema explora el impacto duradero de la infancia en la psique adulta. Los recuerdos de Atala y los juegos son vistos como símbolos de una época en la que las emociones eran puras y las preocupaciones inexistentes. La intensidad del recuerdo sugiere que estos momentos fueron fundamentales en la formación emocional del hablante.

Desde una perspectiva psicológica, el poema también puede interpretarse como un intento de reconciliarse con el tiempo pasado. Al recordar, el hablante busca preservar una parte de sí mismo que aún está vinculada a esa inocencia perdida.


Contexto Cultural

El poema está ambientado en la década de los 70, en Guayaquil, Ecuador, lo que añade una capa histórica y cultural. Los detalles del entorno escolar bilingüe y la simpleza de los juegos reflejan una época y un lugar específicos. También evoca un sentido de colectividad y cercanía propia de las comunidades más tradicionales.


Crítica Literaria

"Juego de Niños" logra equilibrar la sencillez narrativa con la profundidad emocional. Su principal fortaleza radica en la universalidad de sus temas: todos, en algún momento, hemos sentido la nostalgia de los días despreocupados de la niñez. Sin embargo, el poema también presenta un toque personal e íntimo al dedicarlo a Atala, una figura real en la vida del autor.

El uso de imágenes sensoriales y un lenguaje accesible lo hace resonar con lectores de diferentes edades y contextos. Su sinceridad y autenticidad la convierten en una pieza entrañable y memorable.


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